Intervención en la imagen de San Antonio de Padua, perteneciente al culto privado de una familia de Alcázar de San Juan, Ciudad Real.
Dicha imagen, atribuida al escultor villarrobletense Paco Calero y datada a mediados del siglo XX, realizada en madera de cedro policromada con piezas enteladas como en el caso de los paños de los ángeles, piezas del hábito de San Antonio o el paño de pureza del Niño Jesús.
Fue la imagen a la que se le rendía culto en la iglesia conventual de los franciscanos de Alcázar de San Juan, que fue adquirida por una familia devota de dicha localidad.
En la actualidad preside el panteón de dicha familia en el cementerio municipal.